Cuándo empezaré a producir leche?

Una de las preocupaciones más grandes de las madres es que una vez dan a luz notan que no producen suficiente leche. Si a todas las madres se les enseñara que la «bajada» de la leche toma entre 2-5 días y que los pequeños volúmenes de calostro que se producen en los primeros días no son solo suficientes, sino completamente necesarios para el bebé, se salvarían muchas lactancias fallidas, se aumentaría la autoconfianza en la capacidad de amamantar y se evitaría el uso innecesario de fórmula, protegiendo así la salud del bebé.

 A continuación Ciencia Láctea les trae una traducción de un artículo escrito por la reconocida asesora de lactancia Kelly Bonyata, quien es autora de uno de los sitios más consultados por profesionales de la salud y expertos en lactancia en Estados Unidos. El artículo original puede ser encontrado en su sitio web kellymom.com

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Cuándo empezaré a producir leche?

por Kelly Bonyata, BS, IBCLC, traducción Claudia Moreno Ph.D.

La producción de leche comienza hacia la mitad del embarazo, lo que para muchas madres se llama la «bajada» de la leche (o  también llamada «subida»de la leche), corresponde a la transición entre la producción de calostro y la producción de grandes cantidades de leche madura. Esta “bajada” de la leche se da entre los días 2 y 5 después del parto.

 

Hay leche en mis pechos cuando mi bebé nace?

La respuesta es . Esta primera leche, también conocida como calostro, empieza a producirse entre las semanas 16 a 22 de embarazo, muchas madres no se percatan de la producción de calostro ya que no todas las mujeres presentan fugas de calostro.

 

Qué es el calostro?

El calostro es la primera leche producida por la glándula mamaria. Es leche concentrada, llena de nutrientes y de anticuerpos – El calostro provee TODO lo que un bebé necesita en los primeros días después del nacimiento. El estómago de un recién nacido es muy pequeño y por ende las pequeñas cantidades de calostro que se producen son perfectas para cubrir las necesidades del bebé. En las primeras 24 horas, un bebé saludable necesita solamente entre 2-10 ml de calostro por toma. Este volumen va aumentando al mismo tiempo que la madre empieza a producir más leche madura. Al segundo día comerá entre 5 y 15 ml (0.2-0.5 onzas) y para el día 10 entre 30 y 60 ml (1-2 onzas) (ABM 2009).

 

Cuándo aumentará mi producción de leche?

Bioquímicamente hablando la producción de la leche madura comienza entre 30 y 40 horas después de que la placenta sale del cuerpo, pero normalmente toma aún más tiempo  empezar a notar los cambios aparentes de este aumento. La «bajada» de la leche generalmente se refiere al momento en que la madre nota que sus pechos han aumentado de tamaño y se sienten llenos, que es cuando la maquinaria de la producción de leche está a toda marcha. Esto usualmente ocurre 2-3 días después del parto, pero en 1 de cada 4 mujeres la «bajada» de la leche puede tardar más de 3 días.

 

Signos de que la producción de leche ha aumentado:

 

  • Los pechos se sienten llenos, pesados, hinchados, calientes, se sienten punzadas en los pechos y hay fuga de leche.
  • El bebé cambia sus patrones de comer y su comportamiento en el pecho.
  • Si está extrayendo leche notará un cambio gradual en la consistencia y el color de la leche. Pasando del amarillo oscuro y denso calostro a una leche madura más liquida y más blanca.

 

 

 

Siempre tenga en mente que muchas mujeres experimentan una transición gradual entre los tipos de leche. Estudios científicos indican que la transición entre el calostro y la leche madura es un proceso controlado hormonalmente que no depende de que el bebé mame. Sin embargo, las madres que amamantan inmediatamente después del parto (durante la primera hora), o que se extraen la leche tempranamente (cuando por razones médicas es imposible amamantar), tienen una producción mayor de leche al tercer o cuarto día postparto, sus bebés pierden menos peso y tienen menores niveles de bilirrubina (menor incidencia de ictericia). El contacto piel con piel también se ha visto asociado con un aumento en la producción de leche.

La producción de leche se inhibirá si la leche no es removida de los pechos cuando se da la «bajada» de la leche, de ahí que sea tan importante que las madres amamanten a demanda y tempranamente después del parto.

 

Factores de riesgo que pueden retrasar la «bajada» de leche

Cuando una mujer no experimenta un incremento en la producción de leche después de 3 días postparto se habla de una lactancia de inicio tardío.

 

Estudios han mostrado que existen varios factores de riesgo que pueden causar este inicio tardío, entre los cuales se encuentran:

 

  • Las madres primiparas tienden a tener una «bajada» de la leche un día después que las madres con más de un hijo.

 

  • Factores relacionados con el trabajo de parto:
    • Haber recibido grandes cantidades de fluidos vía intravenosa.
    • Haber recibido medicamentos para el dolor, independientemente del tipo de parto.
    • Parto vaginal estresante, extenuante o traumático.
    • Cesárea (no es claro si es debido al estrés causado por la cirugía, a los medicamentos, al inicio tardío de la lactancia y/o a un mal manejo de la lactancia).
    • Que la madre haya estado pujando por más de una hora.
    • Pérdida de sangre (más de 500 ml).
    • Retención de la placenta, en este caso la leche se producirá normalmente una vez los fragmentos de placenta sean removidos.
  • Salud de la madre:
    • problemas que afecten las hormonas maternas o la respuesta hormonal, incluyendo resistencia a la insulina, diabetes Tipo 1 inestable o mal controlada, síndrome de ovario poloquístico, infertilidad, hipotiroidismo o problemas de la pituitaria como el síndrome de Sheehan, hipertensión.
  • Obesidad
    • Investigaciones sugieren que en este caso el inicio tardío de la lactancia puede deberse a un mal manejo de la lactancia, una disminución de la respuesta a la prolactina o un mal desarrollo de los pechos durante la pubertad debido al incremento de la masa corporal.

 

En los siguientes factores, la leche muy probablemente «baja» en el momento esperado (primeras 72 h), pero la cantidad que se produce puede no ser suficiente para sentir los pechos llenos.

  • Problemas del tejido mamario:
    • Parto prematuro, puede interrumpir el crecimiento de los pechos que ocurre durante la fase tardía del embarazo, resultando en una menor cantidad de tejido productor de leche disponible al momento del nacimiento. Sin embargo, con un buen manejo de la lactancia se puede estimular el crecimiento de la glándula después del parto y alcanzar una producción normal.
    • Hipoplasia mamaria o insuficiente tejido glandular.
    • Cirugía mamaria o lesión (pueden remover o dañar el tejido mamario o los nervios que se encargan de la eyección de la leche).
    • Pezones planos o invertidos, así como piercings en los pezones, pueden afectar la transferencia de leche.
    • Cualquier factor que impida el vaciamiento frecuente de los pechos durante los primeros días, desde mal manejo de la lactancia hasta problemas de salud de la madre.
    • Cualquier medicamento en los primeros días que disminuya la producción de leche, incluyendo píldoras anticonceptivas.

 

Qué puedo hacer si mi leche no ha bajado al 4to día?

  • Optimice el manejo de la lactancia, asegúrese que los pechos son vaciados frecuentemente y completamente.
  • El contacto piel con piel entre la madre y el bebé también puede ayudar a aumentar la producción de leche.
  • Monitoreé el peso del bebé para asegurarse que está recibiendo suficiente leche, si su bebé pierde más del 7% del peso inicial se debe evaluar la lactancia por un experto. Si el bebé no está recibiendo suficiente leche se debe garantizar un suplemento.
  • Busque una asesora de lactancia certificada para hacer un plan para incrementar su producción y siga monitoreando el progreso del bebe.
  • Si se determina la causa del inicio tardío, pueden haber ciertas medidas que usted puede tomar para solucionarlo (si hay retención de placenta, remover los fragmentos es necesario).
  • Revisar los niveles endocrinos de ciertas hormonas puede ser útil (hormonas tiroideas, testosterona, prolactina)

Si usted está luchando con un inicio difícil de la lactancia recuerde que muchas madres han sido capaces de alcanzar lentamente una producción optima después de 1 o 2 semanas y algunas veces incluso después de varias semanas de estimulación!

 

Copyright © [06/11/16] kellymom.com. Reprinted with permission from kellymom.com, which does not endorse any particular uses of this translated document. kellymom.com is not responsible for the completeness or the accuracy of the translation.

 

REFERENCIAS

ABM [Academy of Breastfeeding Medicine] Clinical Protocol #3: Hospital guidelines for the use of supplementary feedings in the healthy term breastfed neonate, revised 2009. Breastfeed Med. 2009;4(3):175-82.

Chapman DJ, Pérez-escamilla R. Maternal perception of the onset of lactation is a valid, public health indicator of lactogenesis stage II. J Nutr. 2000;130(12):2972-80.

Hurst NM. Recognizing and treating delayed or failed lactogenesis II. J Midwifery Womens Health. 2007;52(6):588-94.

Lawrence RA, Lawrence RM. Breastfeeding, A Guide for the Medical Profession (7th ed.). Elsevier Health Sciences; 2011; 81, 84-85, 552.

Lind JN, Perrine CG, Li R. Relationship between Use of Labor Pain Medications and Delayed Onset of Lactation. J Hum Lact. 2014;30(2):167-73.

Mannel R, Martens PJ, Walker M. Core Curriculum for Lactation Consultant Practice (3rd ed.). Jones & Bartlett Publishers; 2013; 289-291, 356, 594, 818.

Mohrbacher N. Breastfeeding Answers Made Simple, A Guide for Helping Mothers. Hale Pub L P; 2010; 63, 70-74, 109, 409-413.

Riordan J, Wambach K. Breastfeeding and Human Lactation (4th ed.). Jones and Bartlett Publishers; 2010; 267, 330-337, 346-347.

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Dos son mejor que uno: Células de la glándula mamaria tienen dos núcleos para maximizar producción de leche. 

Por Claudia Moreno, Ph.D.

Un estudio publicado esta semana devela un secreto escondido de la glándula mamaria: la mayor parte de las células secretoras de leche poseen dos núcleos, y esto ocurre solo durante la etapa de lactancia.  

Imagen tomada de la publicación original.  Derechos Nature Communications. 

De las 5 especies de mamíferos estudiadas, incluyendo los humanos, todas compartieron esta característica, lo cual sugiere que es un mecanismo que evolucionó para maximizar la producción de leche y asegurar la nutrición de las crías. 

En este estudio liderado por la Dra. Anne C. Ríos y el Dr. Nai Yang Fu, del Instituto Australiano «The Walter and Eliza Hall Institute of Medical Research», se usó una novedosa técnica de microscopia en 3D que permitió identificar los límites de las células y descubrir que la mayor parte de ellas tenían dos núcleos. 

La glándula mamaria es un órgano único en cuanto a su remodelación y sufre cambios drásticos durante 4 etapas en la vida de una mujer. Durante la pubertad se originan los ductos (finos tubos por dónde saldrá la leche). Durante el embarazo pequeños grupos de células precursoras se dividen exponencialmente para dar origen a las células alveolares y a las mioepiteliales. Durante el inicio de la lactancia las células alveolares empiezan a producir y a secretar leche y las células mioepiteliales se contraen en respuesta a la oxitocina para activar la expulsión de la leche. Finalmente cuando cesa la lactancia, la glándula sufre un proceso llamado involución, donde las células productoras de leche mueren. 

El descubrimiento de que las células alveolares tienen dos núcleos durante la fase de lactancia es importante porque está íntimamente relacionado con su capacidad para producir leche. En esta fase las células duplican toda su maquinaria, como sucede cuando cualquier otra célula de nuestro cuerpo se va a duplicar. Además del núcleo, duplican todos los organelos celulares (mitocondrias, retículo, proteínas, lípidos) y también su tamaño, pero en lugar de dividirse y dar origen a dos células, permanece como una célula «doble» con doble capacidad de producción y con mayor superficie para secretar más leche.

REFERENCIAS

Anne C. Rios, Nai Yang Fu, Paul R. Jamieson, Bhupinder Pal, Lachlan Whitehead, Kevin R. Nicholas, Geoffrey J. Lindeman & Jane E. Visvader. Essential role for a novel population of binucleated mammary epithelial cells. Nature Communications 7, Article number: 11400 doi:10.1038/ncomms11400

La Leche Materna: Fuente y Sustento para los Probióticos

El tipo de leche que reciben los bebés determina su flora intestinal. La leche materna no es solamente una de las principales fuentes de bacterias benéficas necesarias para que el bebé tenga una flora intestinal saludable, sino que además posee azúcares especiales para que estas bacterias sobrevivan.

por Claudia Moreno, Ph.D.

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                                                 Fuente Imagen: Bifidobacterium longum. Mark Schell, University of Georgia, Athens, GA

En el cuerpo humano hay 10 veces más microbios que células humanas. Nuestro intestino es de hecho, el ecosistema bacteriano más densamente poblado que se conoce. Esta colección de bacterias, conocida como microbiota, es un componente activo de nuestra fisiología, ayuda a regular el metabolismo extrayendo energía de fuentes que el cuerpo humano no puede digerir, regula ciertos genes que controlan el almacenamiento de grasa, sintetiza vitaminas esenciales y regula el sistema inmune. Además varios estudios han mostrado que alteraciones en la microbiota del intestino están relacionadas con diferentes enfermedades incluyendo diabetes, obesidad, asma, alergias y enfermedades de inflamación del colón.

Sorprendentemente los bebés antes de su nacimiento son prácticamente estériles y su cuerpo no posee bacterias. Es hasta después del nacimiento que las bacterias colonizan su cuerpo.  Pero etonces,  ¿Cómo llegan las bacterias al intestino y qué favorece su crecimiento? El tipo de parto y el tipo de leche que los bebés reciban son dos factores determinantes.

La primera dosis de bacterias benéficas que recibe el bebé se da durante el parto vaginal, al pasar por el canal, el bebé se cubre con una capa de microorganismos benéficos como los lactobacilos que migrarán por su boca y llegarán a su intestino. Cuando el bebé nace por cesárea su cuerpo recibirá, en su lugar, una dosis de bacterias propias de la piel.

El tipo de leche que reciban los bebés es un factor que regulará que bacterias poblarán el intestino. Comparado con los bebés alimentados con fórmula, los bebés alimentados con leche materna tienen grandes cantidades de bífidobacterias, el género más abundante de la microbiota intestinal. Esta diferencia se debe a dos factores: la leche materna es una fuente de bífidobacterias y además contiene azúcares esenciales para su supervivencia.

Un gran número de estudios ha mostrado que la leche materna es una de las principales fuentes de transferencia de bacterias benéficas, incluyendo, además de las bífidobacterias, lactobacilos, estafilococos y enterococos. La exposición de los bebés a esta microbiota parece ser clave en la protección que la leche materna confiere contra diversas enfermedades respiratorias y gastrointestinales como el asma, la enterocolitis necrótica, infecciones de oído y alergias. Esta ventaja no solo favorece a los infantes sino que al parecer está muy relacionada con la susceptibilidad de padecer esas y otras enfermedades como la obesidad y la diabetes durante la vida adulta.

Además de proveer las bacterias necesarias para establecer la flora del intestino del bebé, la leche materna promueve el crecimiento de la microbiota, inhibiendo el crecimiento de bacterias peligrosas para la salud. Las bífidobacterias se alimentan exclusivamente de azúcares presentes en la leche materna. Estos azúcares, conocidos como oligosacáridos de la leche humana (HMO, human milk oligosaccharides) son el principal alimento de las bífidobacterias.

Un grupo de la universidad de California en Davis, liderado por el Dr. David Mills ha estudiado con detalle las bífidobacterias y en su último estudio publicado esta semana en la revista Applied and Environmental Microbiology, muestra cómo las bífidobacterias además de alimentarse del los HMO libres en la leche, son capaces de usar azúcares que se encuentran unidos a proteínas (glicoproteínas). Las bífidobacterias han co-evolucionado con la leche materna y son capaces de producir una enzima que es capaz de cortar estas glicoproteínas liberando los azúcares para así aprovecharlos.

De esta forma la leche materna es fuente y sustento de la flora intestinal que nos protege durante la infancia y la vida adulta.

 

REFERENCIAS

Gordon et al. Extending Our View of Self: the Human Gut Microbiome Initiative (HGMI).

Karav S et al. Appl Environ Microbiol. 2016. Oligosaccharides released from milk glycoproteins are selective growth substrates for infant-associated bifidobacteria.

Ana Soto et al. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2014. Lactobacilli and Bifidobacteria in Human Breast Milk: Influence of Antibiotherapy and Other Host and Clinical Factors.

 

 

 

¿Deben los bebés dormir toda la noche?

Por Claudia Moreno, Ph.D.

Un estudio muestra que es completamente normal que los bebés despierten mínimo una vez durante la noche y que esto ocurre independientemente de la alimentación que reciban.

   Fuente: Swansea University. Vea una animacion resumiendo los resultados de este estudio aquí (Inglés).

 

¿Ya duerme tu bebé toda la noche? ¿Cuántas veces se despierta? Estas son típicas preguntas que todos los padres han escuchado. La sociedad occidental parece estar obsesionada con los hábitos de sueño de los bebés. Un bebé que duerme toda la noche es considerado en nuestra cultura como un signo de buena educación por parte de los padres. En el afán de lograr que los bebés duerman toda la noche ha surgido un mercado de un sin numero de técnicas para lograrlo. Algunas de las sugerencias que los padres reciben para conseguir el tan codiciado sueño, incluso por profesionales de la salud,  es no amamantar durante la noche, suplementar con fórmula o cereal antes de dormir o, una vez inician los sólidos, darles una «buena cena» para que duerman de corrido.

Sin embargo, un estudio realizado por un grupo de investigación liderado por la Dra. Amy Brown, del departamento de Salud Pública de la Universidad de Swansea del Reino Unido, ha encontrado que sin importar los hábitos alimenticios, el 78% de los bebés menores de 1 año se despiertan una o más veces por la noche.

 Pero, es cierto que los bebés deben dormir toda la noche? La respuesta concisa es NO.

Los bebés menores de 3 meses se despiertan en promedio cada 2 horas ya necesitan alimentarse frecuentemente debido a que su estómago es muy pequeño, siendo del tamaño de una nuez en el recién nacido y del tamaño de un huevo en un bebé de un mes. Adicionalmente, el hecho de que las madres tengan un pico en la producción de leche durante la noche, hace que el bebé prefiera mamar en las horas nocturnas, pues le es más fácil transferir leche. Las tomas nocturnas son además esenciales para estimular la glándula mamaria y asegurar una buena producción de leche. Contrario a lo que muchos creen esto no hace que las madres que amamantan duerman menos, ya que amamantar se hace rápidamente y las madres lactantes pueden dormirse nuevamente más rápido y más fácil que sus pares que alimentan con fórmula.

Este estudio muestra que también es completamente normal que bebés mayores de 3 meses se despierten una o más veces por la noche. Despertarse en la noche no solamente es algo normal sino que puede ser visto como un mecanismo de protección para los bebés, ya que sirve para mantenerlos seguros. Una razón por la que los bebés despiertan de noche es porque simplemente necesitan estar cerca de su madre, esto es un hecho evolutivo que caracteriza al cuidado parental de los mamíferos, y que en cierta forma garantiza la supervivencia de las crías. En los humanos, estar cerca de la madre hace que los bebés se sientan más seguros.

Hay datos que sugieren que puede haber una correlación entre la probabilidad de muerte súbita y el hecho de que los bebés duerman profundamente por periodos muy largos. Actualmente en muchos países está completamente contraindicado que los bebés menores de 6 meses duerman en una habitación separados de sus padres, ya que es uno de los principales factores de riesgo para la muerte súbita en los infantes.

¿Dében entonces los padres responder al llanto de su bebé? La respuesta es SI.

Aunque algunos libros recomiendan no hacerlo, es claro que los bebés no pueden suplir ciertas necesidades y requieren de sus padres para ello. Cuando un bebé llora generalmente es porque necesita algo, bien sea que tiene frío, calor, hambre, necesita un cambio de pañal, o simplemente quiere ser abrazado, lo cual es completamente normal y beneficioso. Por lo tanto los padres deben atender las necesidades del bebé. Además, dejar llorar a un bebé es una situación estresante, que eleva los niveles de cortisol en la sangre, lo cual no es recomendado para su cerebro en desarrollo.

Volviendo al tema de la alimentación y su efecto en los ciclos de sueño del bebé, muchas veces las mamás reciben consejos relacionados con suspender la lactancia nocturna o introducir alimentos sólidos o fórmula para «ayudar» a sus bebés a dormir. La leche artificial es difícil de digerir para un bebé y su organismo requiere más tiempo para lograrlo, de aquí que los bebés alimentados con fórmula puedan pasar periodos más largos sin comer y puedan dormir por periodos más largos a edades más tempranas. Sin embargo, se sabe que la fórmula también puede tener un efecto completamente contrario, ya que las proteínas de origen vacuno contenidas en la leche artificial, pueden generar intolerancia y resultar en cólicos y gases que hacen que los bebés se despierten más frecuentemente durante la noche.

Los autores del estudio, compararon los patrones de sueño de 715 bebés entre los 6 y 12 meses de edad y encontraron que, independientemente de la alimentación (leche materna, fórmula o cantidad de sólidos), el 78% de los bebés menores de un año despertaron 1 o más veces en la noche. 61% de los bebés recibieron 1 o más tomas de leche durante la noche. Sin embargo, los bebés que recibieron más leche o sólidos durante el día, si bien tuvieron un menor número de tomas de leche nocturnas, continuaron despertándose el mismo numero de veces.

La conclusión es que si bien la alimentación puede variar las veces que un bebé se despierta por hambre durante la noche, no tiene ningún efecto en las veces que el bebé despierta por otras razones, como sentir frío, calor, querer un cambio de pañal o quiere sentir cerca a su madre.

Otro hallazgo importante del estudio es que demuestra que no es cierta la idea de que los bebés amamantados despiertan más durante la noche. Si bien los bebés amamantados comen un mayor numero de veces comparado con los bebés alimentados con fórmula, se despiertan el mismo número de veces. Ya que los bebés amamantados encuentran confort en la succión, le es mas fácil conciliar el sueño nuevamente.

La expectativa de los padres de que su bebé debe dormir toda la noche, sumado a la presión social, puede llevar a los padres a pensar que están fallando si no lo logran, lo que los llevará a utilizar las técnicas de dejarlos llorar o suspender la lactancia y suplementar con fórmula, cereales o sólidos. Estudios como este ayudan a los padres y a la comunidad en general a entender los patrones normales de sueño de un bebé y a tener unas expectativas diferentes.

Si las madres, los padres y la comunidad son consientes que es completamente normal que los bebés coman y despierten en la noche, se sentirían más tranquilos sobre la crianza de su bebé y podrían disfrutar más de esa etapa.

 

REFERENCIAS

Brown A & Harries V. Infant Sleep and Night Feeding Patterns During Later Infancy: Association with Breastfeeding Frequency, Daytime Complementary Food Intake, and Infant Weight. Breastfeeding Medicine. June 2015, 10(5): 246-252. doi:10.1089/bfm.2014.0153.

 

 

 

 

 

Jefes y colegas: aliados principales para trabajar y continuar lactando

Por Claudia Moreno, Ph.D.

EL APOYO POR PARTE DE LOS JEFES Y COLEGAS ES UNO DE LOS FACTORES MÁS IMPORTANTES PARA QUE LAS MUJERES TRABAJADORAS PUEDAN CONTINUAR CON LA LACTANCIA.

Un estudio realizado por un grupo del departamento de psicología de la Universidad de Houston, ha mostrado que el ambiente de trabajo juega un papel decisivo para que las mujeres prosigan con su lactancia una vez se reincorporan a su vida laboral.lactancia trabajo

La leche materna además de ser el alimento más completo para los bebés, ha sido demostrado que mejora el desarrollo cerebral, ayuda a combatir la creciente obesidad infantil y disminuye la susceptibilidad a infecciones y alergias.

Debido a todos sus beneficios, actualmente la Organización Mundial para la Salud (OMS), así como la Academia Americana de Pediatría, adelantan campañas para promover la lactancia materna y recomiendan la alimentación exclusiva con leche materna por los primeros 6 meses de vida, y la prolongación de la lactancia si es posible hasta los dos años de edad.

Cada vez son más las madres que han retomado la lactancia materna como la forma principal de alimentar a sus bebés. Pero en un mundo moderno, en el que la mayoría de las mujeres trabajan, son muchos los obstáculos que ellas encuentran para continuar con su lactancia.

En el estudio, los investigadores encuestaron a 859 mujeres lactantes que se reincorporaron a su trabajo al rededor de 3 meses después del parto. De ellas, solamente 7 mujeres pudieron cumplir la meta de alimentar a sus bebés exclusivamente con leche materna por los primeros 6 meses de vida. 300 mujeres lograron una alimentación mixta (leche materna y fórmula) hasta el primer año.

Cuáles son los factores que influyen en que menos del 1% de las mujeres trabajadoras pueda continuar con la lactancia?

Una mujer que quiera producir suficiente leche para su bebé para que sea alimentado en su ausencia, debe extraer leche mínimo dos veces durante su jornada laboral. Para eso requiere de un bomba para su extracción, un lugar privado y un refrigerador para su almacenamiento.

Si bien en países como Estados Unidos, las leyes obligan a los empleadores a dar el tiempo y los espacios necesarios para que las madres extraigan leche, esto es algo que aún no se implementa en todos los lugares de trabajo. Más aún si hablamos de Latinoamérica, son muy pocos los países que garantizan estas medidas para las madres lactantes.

Si bien varios de los factores importantes encontrados en el estudio fueron la disponibilidad de tiempo y espacios adecuados para la expresión de leche, un factor muy importante que influyó en la decisión de continuar extrayendo leche fue la actitud que los jefes y los compañeros de trabajo tuvieron frente al tema. Muchas mujeres manifestaron que el ser objeto de burlas o comentarios sobre la extracción de leche influyeron en su decisión de no continuar.

Algo muy importante que resalta el estudio es que muchas mujeres perciben que en el momento en que hablan sobre su lactancia dejan de ser vistas como profesionales. Cuando las mujeres están trabajando su identidad profesional es la prioridad, por encima de su identidad como mujeres o madres. Pero cuando una mujer trabajadora necesita extraer leche, inmediatamente se enfatiza su rol materno y esto en muchos casos genera problemas laborales.

La lactancia materna garantiza una buena salud corporal y mental tanto para el bebé como para su madre. Actualmente las cifras reportadas por la OMS muestran que solo el 35% de bebés en el mundo son alimentados exclusivamente con leche materna. Aunque los esfuerzo por aumentar estas cifras han incrementado en los últimos años, es necesario que además de la implementación de políticas y recursos para crear los espacios óptimos para la extracción de leche, se eduque a la sociedad en general sobre los beneficios de la lactancia y las necesidades de las madres trabajadoras lactantes.

REFERENCIAS

Christiane Spitzmueller, Zhuxi Wang, Jing Zhang, Candice L. Thomas, Gwenith G. Fisher, Russell A. Matthews, Lane Strathearn. Got milk? Workplace factors related to breastfeeding among working mothers. Journal of Organizational Behavior, 2015; DOI: 10.1002/job.2061